Sesión de fotos de Comunión de niño
Estamos acostumbramos a ver en redes sociales casi siempre fotos de Comunión de niñas, pero… ¿qué pasa con los reportajes de comunión de niños?
A los niños se les hacen fotos igualmente, pero se les suele tener mucho miedo y los fotógrafos no suelen enseñar tanto las fotos de niños como las de niñas.
¿Por qué? Si a los niños les hace la misma ilusión el día de la Comunión que a las niñas.
Esto es así pero, no sucede lo mismo con el reportaje de Comunión.
El motivo es que las niñas suelen disfrutar más de las sesiones de fotos, les gusta lucir su vestido y que les hagamos fotos con él porque ese día se sienten unas princesas, y con esos vestidos preciosos no es para menos, por tanto es verdad que resulta más sencillo que salgan naturales y conseguir fotos espontáneas con ellas.
Sin embargo, con los niños la sesión de fotos se debe enfocar de otra forma. Ellos no suelen tener un interés especial en que se les haga fotos con su traje de Comunión, al menos no en la mayoría de los casos, por tanto el que estén ahí y posen suele resultar un tanto más difícil y si no sabes cómo guiarlos pueden aparecer forzados y antinaturales.
Desde nuestra experiencia, a un niño no se le puede pedir siempre que pose y que mire a la cámara sonriendo todo el tiempo, porque va a perder el interés y se va a cansar a los 10 minutos.
Lo ideal es que la sesión se realice de una forma relajada. Dándoles su tiempo y espacio.
Por supuesto que les pediremos algunas poses, pero las mismas se deben ir intercalando con momentos de juego, dejándoles ser espontáneos.
Tanto cuando se trata de una sesión de fotos de niño como de niña, en ambos casos pueden haber momentos en los que se sientan nerviosos o tensos.
Continuar con la sesión sin hacer ninguna pausa solo hará que esa sensación se intensifique y esto se verá reflejado en las fotos.
Por ese motivo nuestras sesiones duran 2 horas y media antes de que se ponga el sol y solo hacemos una por tarde.
Además para conseguir que los niños se relajen debemos decir que nos facilita mucho trabajar al aire libre, porque en un entorno abierto pueden gastar energía, correr, moverse, dar saltos, caminar… (lo que suele ser habitual en ellos). Y mientras tanto nosotros aprovechamos para sacar fotos espontáneas centrándonos en las acciones y el movimiento del propio niño.
Esto hará que la cámara y la mirada de los fotógrafos no se conviertan en el centro de su atención y puedan relajarse.
Además como en la sesión puede participar toda la familia y se pueden hacer cambios de vestuario, es un plus. En primer lugar porque cada cierto tiempo intercalamos fotos de todo el grupo, así los niños no se sentirán solos ante la cámara. En familia podrán disfrutar de la sesión relajados siendo ellos mismos.
Y en segundo lugar porque con su propio vestuario, una vez terminadas las fotos con el traje de Comunión, se sentirán más libres para jugar y mostrarnos su sonrisa más espontánea. De esta forma tendréis un reportaje muy variado.
Para ilustrar una sesión de fotos de comunión de niño os dejamos a continuación un resumen de la sesión de Jaime.
Su carita de felicidad os contará mejor que nosotros lo bien que lo pasamos esa tarde.
Ejemplo de una sesión de comunión de niño